Ahorra espacio en tu neceser de viaje o simplemente en el que guardas en tu baño, llevando contigo productos que cumplan varias funciones.
No te hace falta un colorete, ni siquiera una barra de labios, si los sustituyes por un perfilador que servirá para maquillar también tus mejillas. Elige tu color favorito. Corales, anaranjados, rosas, rojos, incluso marrones, cumplen este cometido a la perfección. Procura que la mina sea más bien cremosa para que lo puedas difuminar con facilidad y se integre mejor con la piel.
Perfila tus labios y después rellénalos completamente. Para convertirlo en un blush, pinta la yema de un dedo y difumínalo en las mejillas como si de un colorete en crema se tratara. Si eliges colores frescos, iluminarán tu rostro y le darán un toque saludable. Si te decantas por marrones, darán un aspecto bronceado muy favorecedor.
Basándonos en este mismo concepto, una barra de labios, nos puede servir como colorete.
Una sombra de ojos clara y nacarada puede hacer las veces de iluminador. No te compliques y aplícalo con el dedo en la zona alta del pómulo, debajo de las cejas, en el arco de Cupido, en el tabique nasal…
El lápiz de ojos también en versión sombra: dibuja una línea a ras de las pestañas y difumina con el dedo o con un pincel, si quieres más precisión. Para fijarlo, aplica unos polvos translucidos encima.
Los polvos de sol son una buena alternativa para usarlos como sombra de ojos. ¡Quedan preciosos! Aplícalos en todo el párpado móvil o solo para marcar la cuenca.
Un corrector de ojera fluido nos puede servir como base de maquillaje si mezclamos una gota con nuestra crema hidratante o protección solar. Del mismo modo, la base de maquillaje la podemos usar de corrector de ojeras si la aplicamos a toques, fundiéndola bien con la piel, y aplicando una segunda capa, si es que la base no ofrece mucha cobertura.
¿Has visto qué fácil?
También tú puedes echarle imaginación y sacar más partido a tus productos de maquillaje.
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